Era un día
cualquiera, levantarse temprano, tomar leche, ir al colegio. Cada día era una
rutina. Veía la televisión y me daba cuenta de lo mismo, pobreza, economía,
fútbol… esta vez vi acerca de las problemáticas estudiantiles que sucedían en
mi país, Chile, bueno no me afectó mucho ya que mi colegio no estaba en paro y
además es privado pero me llamó la atención lo que comentaban mis amigos de
otros colegios, vecinos y unos 2 amigos de mi curso. Ellos si estaban
preocupados del tema y varias veces me dijeron si quería ayudarlos en carteles
o en cooperación de la toma de su colegio. Pero aún así no me interesaba para
nada.
Un día mi
amiga la Natalia, que estudia en el colegio vecino al mío me pidió que la
acompañara a la marcha que iba a haber el día siguiente, en verdad no estaba muy seguro ya que no sabía
si me iban a dar permiso o si sería muy peligroso. Pero mi amiga me dijo que
por favor, que no quería ir sola. Pedí permiso y me dejaron, íbamos en camino
con mi amiga y ella iba vestida como si fuera un carnaval, con un cartel que
decía “Por una educación gratuita”, estuve conversando con ella y me di cuenta
que de verdad estaba metida en el tema, y que quería luchar hasta el final.
Llegamos a la marcha y vi un montón de gente de todas las edades, eran abuelos
y abuelas, padres, niños y estudiantes por supuesto.
Mientras
íbamos caminando nos encontramos con amigos de la Natalia que eran muy
agradables, ellos me comentaban acerca de lo que les sucedía en su universidad
en toma y yo les preguntaba que por qué todo esto, y porque pedían calidad y
gratuidad, me sentí como un ignorante pero ellos me informaron acerca de varios
temas que yo no tenía ni idea, entretanto, veía los distintos carteles de los
estudiantes y personas que marchaban, algunos no los entendía y otros me daban
mucho que pensar, también escuchaba los gritos que todos se sabían y la música
que venía de los tambores.
En verdad
pensé que iba a ser diferente. Luego cuando llegábamos al lugar de destino la
Natalia se colocó un pañuelo en la cara y me di cuenta que los demás también lo
hacían, después me di cuenta del molestoso ambiente por la lacrimógena. En esos
minutos vi como varios sujetos, que eran como los encapuchados de la televisión
que había visto el día anterior, tiraban bombas de pintura y le gritaban a los
carabineros. En ese instante mi amiga me dice que ya todos nos íbamos.
Llegué a mi
casa prendí el televisor por si salía una noticia de la marcha de hoy, y solo
mostraron a los encapuchados que vi al final como tiraban piedras, destruían
semáforos y quemaban autos y rayaban…Mi madre me dijo: “No puede ser que los
jóvenes de hoy en día sean tan violentos, que bueno que no te pasó nada grave,
no deberían permitir estas protestas”. A lo que le comenté: mamá, en las
noticias muestran lo que les interesa, omiten lo que fueron 4 horas de
diversión, expresión, respeto y una marcha por la justicia.
Me di cuenta
que no podía ser prejuicioso y desinteresado por todo, al final son
pensamientos que logras por la experiencia y el poder salir un minuto de tu
aburrida rutina, gracias Natalia.
Mariella Araya P.